En menos de cinco años, los hologramas ayudarán a diagnosticar enfermedades y a multiplicar exponencialmente la capacidad de almacenamiento de los computadores.
Un grupo de médicos de la universidad de Cambridge desarrolló lo que ellos llaman un “médico de bolsillo”. Se trata de un dispositivo holográfico de menos de dos centímetros que ayuda a realizar diagnósticos rápidamente. Sirve para analizar fluidos tan fácilmente como se hace con los medidores de pH. Un ejemplo de su uso es el análisis de glucosa en la orina. Cuando el dispositivo entra en contacto con el fluido se genera una imagen holográfica que cambia de color al identificar lo que está buscando.
Los láseres de alta energía ya están en etapa de prueba en el laboratorio. El proceso para que estos nuevos desarrollos tecnológicos puedan utilizarse en medicina con fines diagnósticos o terapéuticos es largo y riguroso, y puede demorarse entre cinco y diez años más.
Otra aplicación de la tecnología holográfica es ampliar de la memoria de los computadores. Esta técnica permite almacenar los datos en un área con volumen y no en una plana como se hace con las memorias magnéticas y ópticas. En estas últimas, el láser que lee la información necesita hacerlo desde un ángulo determinado.
Investigadores de la Universidad de California en Riverside crearon un dispositivo al que llamaron Magnonic Holographic Memory, que integra la capacidad de almacenamiento masivo de la tecnología holográfica en 3D y la convencional magnética de memorias y discos duros, al que le integran unas ondas que operan a una longitud más corta que las normalmente utilizadas, para ampliar su potencial. Están en la etapa de refinamiento de su desarrollo y si todo sale según sus estimaciones, lograrían introducir un terabyte de memoria en un centímetro cuadrado, multiplicando 31 veces la capacidad de la tecnología existente.
El profesor Alexander Khitun de la Universidad de California de Riverside está trabajando en esta tecnología para mejorar, por ejemplo, la capacidad de reconocimiento facial, que no está bien desarrollada en los computadores convencionales. Con los hologramas, las imágenes serían más fieles, confiables, rápidas y producirlas sería más económico.
Dice que aunque están cerca de lograr su objetivo, el prototipo requiere todavía más ajustes para que responda a las expectativas y esto no será antes de cinco años. Michael Bove, investigador del MIT, es más conservador sobre la viabilidad económica e industrial de estos desarrollos: “El problema de la memoria holográfica es que en esos cinco o 10 años en que se refine un modelo experimental, la tecnología convencional puede haber evolucionado hasta hacerla obsoleta o inviable por los costes de fabricación”.
Fuente: semana.com