La Navidad está a la vuelta de la esquina y los excesos nutricionales que conlleva esta época del año también. Pero hay que recordar que estos descuidos navideños son relevantes para la salud, sobre todo para la cardiovascular, ya que si no se cuida lo que se come, el organismo puede enfrentarse a aumentos de colesterol, subidas de la tensión arterial y una ganancia en kilos nada saludable.
Diversos factores contribuyen a hacer de la Navidad un periodo peligroso para la salud nutricional. Por una parte, en estas fechas la gente se decanta por menús y recetas más elaborados que a menudo incluyen en su composición salsas o ingredientes ricos en grasas, y tampoco son raros los aperitivos antes de comer que incluyen frituras o cócteles poco saludables. Por otro lado, la gente tiende a relajarse con el alcohol y el tabaco. “Nos escudamos en el viejo dicho de ‘una vez al año, no hace daño’, pero no nos engañemos, tampoco el resto del tiempo nos cuidamos lo suficiente ni solemos comer de la forma más recomendable”, ha afirmado el asesor médico experto en nutrición de Cinfa, Eduardo Gónzalez Zorzano.
“Nos escudamos en el viejo dicho de ‘una vez al año, no hace daño’, pero no nos engañemos, tampoco el resto del tiempo nos cuidamos lo suficiente ni solemos comer de la forma más recomendable”, ha afirmado el asesor médico experto en nutrición de Cinfa, Eduardo Gónzalez Zorzano.
Decálogo con consejos
1. También en Navidad, realizar cinco comidas al día. Desayuno, almuerzo a media mañana, comida, merienda y cena. Los expertos recomiendan esta rutina alimenticia porque evita dejar pasar mucho tiempo entre comidas, lo que disminuye la ansiedad por la comida y previene el ‘picoteo’ entre horas. Además, un buen desayuno aumenta el rendimiento físico e intelectual.
2. Optar por la cocina saludable. Con el fin de compensar las frituras y salsas tradicionales, para el resto de comidas de estos días, mejor cocinar al vapor, al horno o a la plancha. Si es posible, se deben disminuir los platos con grasas saturadas (presentes en carnes, embutidos y productos de pastelería) y optar por el aceite de oliva y el pescado azul, por sus propiedades cardiosaludables.
3. Si hay que cocinar, no picar mientras se hace. Si esto no se puede evitar, conviene tener a mano fruta de temporada, que hidratará y saciará. También se pueden tomar frutos secos como las almendras, muy típicas en esta época y ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes; poseen demostrados beneficios cardiosaludables, y tienen la propiedad de saciar por lo que ayudan a evitar que se coman otros alimentos más calóricos
4. Recuerdar comer frutas, verduras y hortalizas. Al menos, los días en los que no haya celebraciones con amigos, familiares o compañeros de trabajo, se deben equilibrar los excesos con frutas y verduras, así como alimentos ricos en hidratos de carbono. Su fibra regula el tránsito intestinal y controla los niveles de colesterol.
5. Dejar la sal en el salero. La sal provoca retención de líquidos, además de aumentar el riesgo de hipertensión. Para no restar sabor a las comidas, se puede sustituir por apio, especias o hierbas aromáticas. También se deben evitar los alimentos precocinados y en conserva o enlatados, por su alto contenido en sal.
6. ¡Alerta con los dulces! Los turrones, mazapanes, polvorones y bombones son tan tentadores como calóricos, y además, son una de las comidas que más a la vista están estos días. Por eso, conviene disfrutarlos sin excesos. Para conseguirlo, compartirlos con los compañeros de mesa es una buena fórmula. También se deben intentar no repetir postre para evitar el exceso de azúcar.
7. No agüar la fiesta con el alcohol. Los vinos, el champán, las copas y los licores riegan los eventos navideños, pero abusar del alcohol puede provocar a corto plazo la temida resaca, además de que supone una ingesta de calorías vacías e inútiles. Si se intercala entre las tomas algo de agua con gas o limón, se evitarán los dolores de cabeza del día posterior. Otro truco es reservar el champán y el cava para el momento del brindis.
8. Intentar beber al menos ocho vasos de agua al día. Se trata de un hábito muy beneficioso que se debe mantener en Navidad, pues el agua facilita tránsito intestinal e hidrata del organismo. También se pueden ingerir infusiones, sopas y zumos naturales, pero evitar, en la medida de lo posible, los refrescos.
9. Vigilar la báscula. No hay que obsesionarse ni pensar todos los días, pero sí controlar el peso de manera periódica. Un aumento demasiado repentino debe servir de señal de alarma.
10. El mejor regalo es un podómetro. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda practicar al menos 30 minutos diarios de ejercicio físico. Para controlar el número de pasos, es conveniente usar un podómetro, que puede ser un útil regalo para pedir a los Reyes Magos o a Papá Noel.
Fuente: 20minutos.es