Hace 50 años que el mercado de las gaseosas tiene opciones light, también conocidas como las “sin azúcar” o, más directamente, “las que tienen edulcorante”.
Pasó el tiempo y la publicidad logró que para mucha gentela idea de bebida light esté relacionada a la pérdida de peso, aunque eso sea nada más que una fantasía. Así es que hoy muchos compran bebidas dietéticas y edulcorantes en un intento para reducir la cantidad de azúcar que consumen.
Pero con los años ha surgido la preocupación sobre si son seguros o no. ¿Es así? ¿Hay peligro al consumir edulcorantes? Las preguntas se las hace un artículo de la BBC, que enumera las opciones que hay en el mercado.
¿Cuáles son?
Aspartame.
Quizá sea el endulzante artificial más conocido y también el que tiene peor prensa. Es una alternativa al azúcar, un ácido graso creado a partir de ácido aspártico y fenilalanina, relata la BBC.
Un trabajo realizado en 1996 indicaba que el aumento de los tumores en el cerebro podían estar relacionados con la cada vez mayor popularidad del aspartame. Además, a partir de ese momento comenzaron a mencionarse otros tipos de cáncer vinculados con el consumo del edulcorante.
Todo esto generó que el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos llevara a cabo una investigación en 2006 basada en los datos de medio millón de personas. El estudio no encontró un aumento del riesgo de contraer cáncer de cerebro, leucemia o linfoma en personas que habían consumido aspartame.
Este aditivo no causa problemas porque muy poco aspartame termina en nuestro sistema circulatorio. Pero hay una excepción: aquellos con un raro transtorno genético llamado fenilquetonuria o PKU no pueden descomponer la fenilalalina, uno de los subproductos del aspartame. Así que para ellos consumir este endulzante no es seguro.
Xilitol
Comer demasiados dulces mentolados sin azúcar que contienen xilitol puede causar retención de líquidos y diarrea. Sin embargo, tienen su parte buena, ya que quedó demostrado que el chicle o los dulces de menta con xilitol neutralizan la acidez de la placa sobre los dientes.
La stevia
Es el más nuevo en el mercado, aunque no tan novedoso, procedente de la planta del mismo nombre. En Paraguay y Brasil la estevia se usa en medicina desde hace siglos. En Japón se vende como endulzante desde la década del 60.
No tiene calorías y endulza 300 veces más que el azúcar.
Es original de áreas subtropicales de América Latina y su componente endulzante, el glucósido de esteviol, se extrae de sus hojas poniéndolas a remojo en agua. Además, pasa a través del cuerpo sin ser absorbido.
La desventaja es que deja un regusto amargo, por lo que a veces la venden mezclada con edulcorantes artificiales.
Fue aprobada como aditivo alimenticio en 2008 en Estados Unidos y en 2011 en Europa.
Según estudios científicos, se detectó que los componentes de la estevia no causan cáncer, no son tóxicos y son seguros también para niños y mujeres embarazadas.
La preocupación es que la señal de dulzura en cierta forma engaña al cuerpo y éste libera demasiada insulina, algo que podría llevar a ganar peso a largo plazo. Aunque todavía no es posible afirmar que esto está ocurriendo.
Asimismo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria concluyó que no hay suficiente evidencia para decir que la estevia ayuda a lograr o mantener un peso saludable.
¿Edulcorantes = diabetes?
Justo cuando parecía que los edulcorantes artificiales no merecen la mala fama que tienen, un reciente estudio hecho en Israel concluyó que, lejos de prevenir la diabetes de tipo 2, el aspartame, la sacarina y la sacarosa contribuyen a que la enfermedad se desarrolle.
La investigación se llevó a cabo en ratones. A un grupo de roedores sanos les dieron de beber estos endulzantes diluidos en agua y a otros solo agua o agua con azúcar.
Cuando midieron su nivel de glucosa en sangre, los investigadores encontraron que los ratones que habían consumido los edulcorantes habían desarrollado intolerancia a la glucosa, algo relacionado con la diabetes de tipo 2, algo que no le sucedió a los roedores que bebieron solo agua o agua con azúcar.
Aparentemente la razón tenía que ver con una bacteria hallada en el intestino. En el caso de los que habían consumido edulcorantes, la bacteria en cuestión había mutado.
La segunda parte del estudio la desarrollaron en humanos. Le proporcionaron a un grupo de voluntarios la dosis máxima diaria permitida de sacarina, el equivalente al que contienen 40 latas de una bebida dietética típica.
A los cinco días poco más de la mitad de los participantes mostraron intolerancia a la glucosa a algún nivel; curiosamente los que tenían las bacterias del intestino mutadas. Al ver esto, los investigadores quisieron ir más allá y llevaron a cabo trasplantes fecales.
Pero antes de que decidamos que los edulcorantes son dañinos para la salud, hay que tener en cuenta que éste es un estudio aislado llevado a cabo principalmente en ratones y en el que sólo participaron siete personas. Incluso los propios científicos reconocen que esnecesario seguir investigando y es que este estudio poco nos dice sobre el impacto a largo plazo de los endulzantes en los humanos.
Además, otro estudio realizado en 2013 en ocho países europeos y que implicó a más de 300.000 personas no encontró relación alguna entre el desarrollo de la diabetes de tipo 2 y el consumo de edulcorantes artificiales.
Fuente: InfoNews
Foto: Clarín